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shakuhashi

el dinero

...

lo puse sin darme cuenta por ahí, perdido en una respuesta a un comentario

nunca se me hubiera ocurrido decir algo semejante

nunca conscientemente

le he dado vueltas al asunto

incluso escribí alguna entrada sobre el tema, la pasta, los leuros

con mi mentalidad de pobre de vez en cuando fantaseo con lo que haría con una buena morterá, como todo el mundo, especialmente cuando llega la navidad y su loteria

pero los que tienen dinero no suelen hacer esas cosas, esos excesos

simplemente viven mejor

más comodamente

hasta que se les mete una piedra en el zapato

y les entra una depre

o un cancer

o un hijo doblao

o quebrao

o morio

y entonces toda la pasta en realidad te sobra, y la cambiarías por un segundo de vida

cuando uno va sobrellevando diversas putadas mientras navega por la vida

y ve sufrir

y ve morir

estupidamente

lo que de verdad uno comprende es ese tópico tan cierto de que lo que de verdad vale la pena en la vida no se puede pagar con leuros ni con dólares

y que al final y al principio que te quieran y querer es la mejor lotería

y que si para algo quiero el dinero, o lo querría si lo tuviera, sería para comprar las únicas tres cosas que se pueden comprar con el poderoso caballero:

espacio

tiempo

silencio

 

lo demás, la vida, nos rodea, nos moja, nos llena de su aroma, pero no solemos verlo hasta que se va.

La vida

la puta vida

la maravillosa vida.

"... pero la vida vivida

pudo más que el dolor..."

6 comentarios

pipino pescatore -

Joder,¡qué hermoso! "Pero la vida vivida pudo más que el dolor." El montaje es una declaración de amor a la vida en toda regla.

Bastet -

El dinero es un bien que tan sólo se disfruta si se comparte, o en compañía.

El silencio es un bien de uno, de uno, y sólo de uno.

Puestos a elegir, me quedo con lo segundo.

jesús Beades -

Yo te vendo silencio baratito. Quedamos, yo hablo, tú callas. Garantizado.

Diego -

Tranquilo. No hay prisas.
Es lo que tiene el gran tonelaje.
Aprendes a no correr.

toi -

Xacto.
Es eso.
No hay leuros que paguen esa libertad, esa manera de mirar la carretera, ese espacio que es tuyo.

Lo de la digital lo hablamos, no es tan difícil. Y si me paro hasta te mando el cuadro. No suelo ser tan informal. Pero es que no he podido comprar mucho tiempo ultimamente.
No es excusa, pero es verdad.
Pronto.

Una historia de carretera -

Me encantan los ferraris.
Desde que, con dieciocho años vi en el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, una exposición sobre diseño italiano, amo a esas máquinas.
Exponían el diseño en estado puro: los planos con líneas blancas y fondo azul, los motores desarmados, las carrocerías firmadas por Pirinfarina. Con 18 puedes mirar el diseño y obviar el componente monetario. Eres inocente.
..........
Estaba yo el otro día conduciendo por Logroño.
Me adelantó un F-400.
Su sonido era magnífico.
Tras unos kilómetros lo ví aparcado en una gasolinera.
Paré para contemplarlo con calma.
Tras el gustazo, cafelito mañanero.
Acodado en la barra del bar, el conductor de "la machina".
Pagó su café con un billete de 200 €.
Entabló charleta conmigo.
Me contó que a él lo que realmente le gustaban eran los camiones, pero que no había podido aprobar nunca el carnet para vehículos pesados.
Puso dos billetes de 200 pavos sobre la barra y me pidió las llaves de mi camión para darse un voltio.
Allí estaban mis huesines; con una cuenta corriente paupérrima y unas ganas de mercarme una máquina de retratar digital, que te rilas.
Mi cabina es mi puñetero mundo.
En ella paso mis peores y mis regulares momentos.
Y de pronto, me sorprendí a mí mismo.
"¿Las llaves de mi camión?. Ni de coña amigo, ni de coña".
.....
Mi cabina es mi puñetero mundo.
Y ese día más.

Atentamente. Driver sin cámara digital.