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shakuhashi

La vista

De nuevo ir a la provincia de Cádiz me reconcilia con los sentidos.

He ido en un viaje relámpago a trabajar, a hacer fotos. Casas antiguas rehabilitadas.

Desde las azoteas (vamos a la cubierta dicen los encargados, cada oficio tiene su críptica manera de denominar a las cosas) se podía absorver por ósmosis el azul más imposible de la bahía.

Luego, volviendo por la autopista, el sol casi horizontal disfrazaba el mundo de amarillo sobre azul oscuro.

Y no paraba de maravillarme de esta curiosa manera de poseer esos colores: la vista.

Milagro de milagros.

En realidad un mecanismo relativamete sencillo, bastoncillos selectivos de colores, grises, intensidades, en la retina, que lo transforma en impulsos eléctrico-nerviosos a través de un nervio a un cerebro que traduce, corrige perspectivas, calcula distancias, construye escenas, una óptica mágica en el cristalino que enfocan al instante, músculos milimétricos que se adaptan a la intensidad de la luz... un par de ojos para poder calcular la profundidad, para liberarnos de la carcel de las dos dimensiones añadiendo la zeta, el fondo, a la equis y a la i griega, alto y ancho...

Todo en perfecto equilibrio, en vertiginoso balance para poder no solo ver, sino también mirar.

Para sentir la maravilla. Para acaparar lo que Dios dibuja con la luz, y robárselo.

7 comentarios

V -

Aquí tenéis vuestra casa.
La acabo de abrir, otra vez.
Besos.

Diego para Pipino -

Cierto Pipino.
Donde no llega la técnica llega la poesía.
Sabes que esta última mencanta.
Pero también me gusta la poesía que se escucha en el bar Manolo.
Cuentan que cuando el ser humano llegó a la Luna, la famosa frase."Es un pequeño paso para el hombre y un gran paso para la Humanidad", realmente fue: "Está bien socio, recojamos los piedras y salgamos de aquí cagando virutas".
Poesía de bareto.

pipino pescatore -

ES que tu comentario aúna (o a dos)el lenguaje poético literario con lo poético que hay en el lenguaje técnico de la segunda parte. A Ignacio Bultó le pasó lo mismo durante los años sesenta, cuando contrató a un ingeniero norteamericano para que le rediseñara el tubo de escape de sus motos (Bultaco, como sabéis). El diseño resultante tenía una curva con un determinado ángulo que le supuso a las motos aumentar un caballo de potencia. Bultó le indicó al técnico que por qué no había aumentado el grado del codo del escape en no sécuanto grados más, que lo intentara. El hombre lo hizo a regañadientes, sobre todo por que tenía su vanidad dañada, pero para su sorpresa descubrió que aumentó medio caballo más la potencia del motor. Le preguntó al catalán que por qué sabía que iba a pasar eso. Y éste le contestó que allí donde no llega la técnica siempre llega la poesía.
A salute.

toi -

pipino, anda que tú...

Diego, qué ganas de bucear me has provocado, en el cabo de Gata, por ejemplo, pa tomarnos juntos una birras heladas al salir, en la playa desierta, inmensa.

Bien mirado, Beades, y bien visto.

Jesús Beades -

Para complementar el post anterior, este se podría llamar "lo bueno".

Driver -

Mirada submarina.
Unas simples gafas de bucear, una playa junto a un cabo rocoso, nada más.
La superficie del mar oscila el ritmo cadencioso de las olas. La luz llega rectilínea y se refleja, refracta, oscila y se dispersa de forma aleatoria, chocando sobre la mar caprichosa.
Las olas implosionan en blanco torbellino.
Los corales,algas, arenas y seres vivos, adquieren varias tonalidades por minuto.
Todo depende de si la luz llega por babor o a sotavento.
No hay dos minutos iguales.
Nunca se repiten los colores.
Variación continua y divina.
...
Unas simples gafas de bucear, una playa junto a un cabo rocoso, nada más.
Sólo el silencio.

pipino pescatore -

maestrooooo!!!