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shakuhashi

Ravel en Sevilla



...

No creo que haya nadie que no conozca el Bolero de Ravel.

Incluso es posible que sea la única obra que la gran mayoría de los aficionados conozcan de don Mauricio.

Ravel era un vasco, orgulloso de serlo, pero más orgullo sentía por ser francés.Y mucho más por su música. No es para menos. Era un genio. 

De su inmensa obra, precursora entre otras cosas de la fusión del jazz y la clásica, una de mis preferidas es el concierto para piano en sol mayor.

Escribió solo dos conciertos para piano. Lástima.

El otro es una vacilada para ser tocada solo con la mano izquierda. Se lo regaló a un amigo suyo, Paul Wittgenstein, virtuoso, que perdió un brazo (el derecho, claro) en la puta Primera Guerra Mundial. 

El concierto en sol,  (para dos manos esta vez, menos mal) es un prodigio de armonía, de virtuosismo, de variedad dentro de su unidad… y de los conciertos mas endiabladamente difíciles de interpretar… y de escuchar.

Tardó un poquillo en crearlo, entre 1929 y 1931. Fue a hacer unos bolos como pianista por Norteamérica,  y tuvo un éxito brutal  (normal, tocaba muy, pero que muy bien). Y al volver, con los sonidos y las extrañas armonías de jazz  fresquitas se puso a componer esa maravilla de concierto.

Decidió estrenar la obra con él mismo como solista. Pero problemas de salud se lo impidieron. En su lugar la encargada de estrenarlo fue Marguerite Long, que era conocida por sus interpretaciones de música de Fauré y Debussy, y que había solicitado a Ravel  una obra nueva.  Ravel  le dedicó la partitura.  El estreno tuvo lugar el 14 de enero de 1932, con don Mauricio dirigiendo a  la Orquesta Lamoureux. 

El primer movimiento, -la primera en la frente-, empieza con un latigazo, que se suele dar en las representaciones con una fusta, o con un toque seco de la tapa del piano.

Se inicia con las teclas de la derecha, registro agudo,  y usa melodías que él mismo reconoció que se trajo de su viaje a Estados Unidos. Es un jazz arcaico y difícil de escuchar,  porque las armonías del jazz,  interpretadas por una orquesta y al ritmo frenético del Allegramente,  a veces se acercan peligrosamente a la disonancia.  Pero es una pasmosa maravilla.

El tercer movimiento, Presto,  es otra locura acelerada y virtuosa, donde los pianistas que le echan valor para tocarlo se lucen. Me gusta más que el primer movimiento. 

Pero de ese concierto lo que de verdad me vuelve loco, lo que de verdad me emociona siempre que lo escucho, es el Adagio Assai, el segundo movimiento. 

Es una cumbre de la creación artística de la historia de la humanidad.

Eso sin exagerar… exagerando es mejor que el helado de nueces. 

Recuerdo hace muchísimos años, cuando todavía se retransmitía en la tele completo el concurso de piano Paloma O’Shea (creo que ahora se llama Ciudad de Santander) que la obra obligatoria para todos los participantes era precisamente el concierto en sol de Ravel. Me lo pasé como un enano. Y cada pavo lo tocaba mejor que el anterior. Especialmente recuerdo un chino alucinante, perfecto, cristalino, y un americano del norte que era de no creerte cómo tocaba, y que de hecho ganó aquel año.

En otra edición la pieza obligatoria era el número 20 de Mozart, el concierto más betoveniano del de Salzburgo. Glorioso. 

No usaré términos académicos. No se de solfeo mas que lo básico, para mi ruina.

Se que si los cellistas o violinistas en vez del arco usan solo los dedos, como en un contrabajo de jazz, a eso se le  llama pizzicato, -pellizcado-, y que si se canta sin instrumentos se llama a capella,- a capilla-, y que el concierto consta de tres movimientos, rápido-lento-rápido, y que las sinfonías tienen cuatro, y las gigas tienen 16 compases, y que las suites tienen 6 movimientos, y que los 27 conciertos de Mozart para piano y orquesta me subyugan, cada uno, y que Gorecky me emociona, y que las óperas, completas, no las soporto, pero a cachitos pueden ser de morirte, y que Bach era un mago, y que Satiè renovó el piano para siempre, y que Antonio Vivaldi, el cura rojo, escribió el mismo concierto, con ligeras variaciones, ligeras pero más que suficientes, muchas miles de veces, y que las obras corales de Brahms son maravillosas, sugerentes, hermosas, y que el gregoriano aunque parece todo lo mismo es siempre cambiante dentro del ámbito umbrío y solemne que nos evoca, y que las Cantigas de Alfonso X el Sabio son para perderse entre sus boscosas veredas…… y poco más. 

Por eso no quiero parecer demasiado pedante cuando intento describir con mis pobres palabras el Adagio Assai, -adagio masomenos-, del concierto de piano que estoy tratando de comentar, por aquello de cumplir mi promesa de hacer un vídeo solo con una pieza de música.

A ver… empieza como una suave llovizna de tarde de verano, arpegiando el pianista de manera aparentemente desenfadada, pero en realidad rompiéndose los dedos, los que le queden después del Primer movimiento alucinante, por lo complicado de los sencillos arabescos. Así, haciéndonos más fácil la vida, se tira un rato, mientras la orquesta, de puntillas, se va sumando al baile del viento y la lluvia suave que está dibujando el piano.Ya se puede ir adivinando al tímido oboe, que mas tarde nos va a provocar una conmoción.

Es engañoso porque parece al principio una pieza romántica, hasta que te va dando pequeños sustos en forma de rupturas de ritmo y caídas de armonías, esbozando la lección de jazz a velocidad vertiginosa que nos va a regalar en el Tercer movimiento.

En un momento dado, la orquesta se le sube a las barbas del piano, que sigue a su bola con sus arpegios y sus dibujos imposibles, pero se ve que la abusona orquesta se arrepiente, y después de una explosiva bronca, se calla, y empieza uno de los más delicados diálogos de la historia de la música… el piano continúa, como si no fuera con él esas plebeyas discusiones de tanta cuerda y tanto viento y tanta madera, y de repente se pone a charlar con un oboe atrevido que toca notas que parecen que no se acaban nunca.

Mientras las teclas repiquetean como mariposas, el oboe mantiene y mantiene suspendida en las nubes notas largas como un atardecer, y lo que oímos entonces es un milagro, y no se entiende que antes ese fraseo del piano lo hubiéramos gozado sin esa cuna que le está meciendo el oboe, que llevaba siglos esperando ese momento para ponerse a sonar.

Pero, ay, para nuestra triste suerte, esa barbaridad de belleza, como siempre, dura poco, y, al final… se acaba. 

Qué bárbaro… con razón me dice Teresa papá, tienes un blog lleno de suspiros. En fin. 

Voy a colgar aquí tres vídeos.

El primero es el que he montado con fotos de mi Sevilla, y alrededores (justo la zona donde vivo), y esta vez sí que son mías todas.  

La versión que del adagio que lo adorna es una muy curiosa que grabó Herbie Hancock, y se marca un adagio completamente a su estilo, libre e improvisado, y se salta la partitura, afortunadamente para los que nos gusta la variedad, todo el tiempo. 

El segundo es de un concierto en vivo que dio ese monstruo del piano que se llamó Arturo Benedetti Michelangeli. 

Y en el tercero toca el piano una argentina prodigiosa, Marta Argerich, que lo borda. 

Pasen y gozen.

...

 

 

26 comentarios

A Toi -

Algo retrasado, sí.

Toi, te acabo de enviar un email con un nuevo comentario. :?

A Toi percusionista electrónico (de xamples) -

Ok, pero dame un tiempo para eso de la exhaustividad que pides... (mañana madrugo y tengo "triple" jornada: de 6H, que sonará el despertador, a 21H aprox., que llegaré a casa)
Ah! Yo te mando el comentario "expandido", y tú le das la forma que quieras.

toi percutor -

un buen día un amigo técnico de un estudio de grabación me pasó el Sound Forge.
Desde entonces me dedico a destripar, unir, extraer, alterar, ralentizar, modificar, editar como un poseso las músicas mas variadas
con eso hago las bandas sonoras de mis vidéos, o unos cosas afines como si fueran uno... no mostrando, como siempre, ningún respeto por la integridad de la unidad de la obra de arte... pero eso es algo de lo que ya me he acusado flagelándome en pública almoneda (ésta) y hace poco.
Toda esa introducción es para explicarte que ese cajón y esas percusiones las he cogido, aislado y multiplicado según conveniencia, de diversos temas de los cienes de miles que deambulan por mis discos duros.
concretamente es de un tema de Paco Ortega.
Por cierto, igual que le hacemos encargos a Driver, te voy a hacer uno, si no te incomoda:
Me gustaría que me mandaras el comentario anterior tuyo, pero ampliado y más exaustivo... me ha encantado y se me ha quedado corto... y lo pongo de entrada en esta bitácora que compartimos.
Y prometo video con percusiones variadas para acompañarlo.

A toi percusionista Irene -

Por cierto, ¿la caja que oímos en algunos de tus videos la tocas tú?

Lo del piano son cuerdas percutidas, pero esto debes saberlo, no? Y posiblemente también sepas que los instrumentros de percusión de láminas (marimbas, xilos, vibráfonos )son instrumentos melódicos en los que se pueden hacer acordes, de la misma manera que en un piano, si se tocan con cuatro baquetas, y tienen las láminas distribuídas como el teclado de un piano.
Pero igual no sabes que muchos percusionistas de láminas han estudiado o tocan también el piano. A mí el instrumento de láminas que más me gusta es el vibráfono por su uso en el jazz, pero también me sobrepasa el sonido de los timbales (los grandotes, los sinfónicos), y, aunque sean instrumentos de la familia de los parches, también están afinados.
En fin, ahora la que me parece que está comentando por comentar soy yo... :?

toi -

Guau... me encantaría estudiar percusión
el día que me enteré que en el conservatorio el piano se considera instrumento de percusión... pero cuando ves cómo tocan el Xilo los percusionistas, mas o menos te lo crees. Genial, Irene, enhrabuena

Para Toi. Irene -

Toi, la avergonzada soy yo. No tienes que pedir disculpas, no hay nada que disculpar. No he comentado nunca que en casa hay dos "percusionistas de con-ser-va-to-rio" (uno de ellos incipiente, en formación); hay timbales, marimbas, xilos, más timbales, baterias diversas e instrumentos miles... Ya te puedes imaginar lo difícil que resulta a veces "escuchar" alguna pieza, ;). Ah!, si además nos gusta todo tipo de música, y casi nada la televisión, por aquí se puede escuchar desde ópera a rap, pasando hasta por la copla... Un besote.

From: Casta Niebla - To: Driver -

Driver!!!!!
Que lindo el cueto!!! y que linda ilusión vernos a todos en la playa favorita de Toi disfrutando.
Gracias por incluirme en ese paisaje... y... diste en la tecla, me encantan los castillos de arena!!!!
Finalmente... pido algo... RECLAMO... más bien... UNA FOTO DEL VOLVO 16 TN!!!!!!!
Para sumar a esto... mi mamá, también quiere ver el camión (o mionca, como le dicen acá)
Gracias!!! y Besos para todos.

Casta Niebla: sin entender ni jota -

Toi!!!!!
Vengo en restraso con la lecutara, acabo de llegar de viaje... Dejo mensajito para que sepas que no me olvido de este rincón del mundo... pero... todavía no pude leer nada de nada. Así que ando algo perdida.

toi avergonzado -

de verdad que no me había dado cuenta de la estúpida pedantería que desprende mi consejo, como si yo fuera la única persona que escucha música rara o difícil en este mundo... te ruego que me disculpes, querida Irene, solo quería compartir lo difícil que se me hizo recorrer los caminos de esos primer y tercer movimientos (el segundo es una vereda mucho mas amable y suave)y lo mucho que me compensa ahora, pero sin querer me salió un comentario de estúpido pseudoentendido aconsejando con estúpida apariencia de conocimiento.
Lo siento y te mando un beso.

Irene -

Tranquilo Toi, obras más difíciles se escuchan en casa.

Para el trovador de palabros sentidos. -

Conmoción total.
Estoy enmudecida, alucinada...

Gracias dear Driver. Tú y tus improvisadas prosas llenas de tu particular mirada, sois algo así como la esencia de la filosofía “en estado puro”.

Driver despasmando -

Son sólo palabros sentidos.
Lo bello como lo que percibimos los humanos en nuestra corta y efímera vida.
La belleza, como un concepto que trasciende el tiempo.

Cuando lo escribí, lo sentí así.
Improvisar tiene sus riesgos, mi señor.

Atentamente. Driver.

toi pasmado con la papaya y con el Iguazú -

si lo bello es efímero
la belleza es eterna
no puede ser,
no puede ser.

toi beades -

no consigo esa obra por ningún sitio, Jesús, y bien que lo siento porque con ese título seguro que alimenta más aun mi perpétua fuente de suspiros y de melanclías...
Si lo tienes pásamelo, por favor.

toi -

Vaya, muchas gracias, Suso.
Te aseguro que a mi me pasa parecido con tu bitácora, la dejo para cuando estoy tranquilo. Espero no aburrirte mucho.

toi -

Gracias, Irene.
Ten cuidado si lo escuchas entero, especialmente con el primer movimiento, es un poco bestia.

Pero, como pasa siempre con la música buena, si superas esa primera impresión, merece la pena esa perseverancia, y el gozo que produce una obra difícil cuando la conoces bien es impagable.

toi videomaker -

qué magnífico guión nos has mercado, Driver.
Y que fantásticas ensoñaciones.
Ay, ojalá.

toi bastet panzarriba -

gracias Batet
todo lo que sale lo conoces bien
tebenos pendientes cosas con forma de cervezas

El sabor de la papaya fresca. -

Erase una vez una mujer, que viajó a Iguazú y comió papaya fresca al amanecer.
El sonido de las cataratas, el manto vegetal amazónico y los sonidos del silencio selvático, fueron capaces de provocar en ella, un estado de profunda quietud.
Quietud selvática, profundidad vegetal, introspección silenciosa.
Y entonces, sólo entonces fue capaz de recordar, que cuando apenas era una niña, el deporte, en estado puro, era ella.


EL SALTO

El deporte. En estado puro. Era ella.

Todas las ciudades del mundo tienen una avenida donde salta una niña.

Las baldosas de la avenida eran blancas y azules. Una baldosa azul y tres baldosas blancas. Una y tres. Azul y blanca.

El camino de casa al colegio pasaba por la avenida bicolor. Era el mejor momento del día. La niña del cuento se disponía a cruzarla. Se concentraba, pues cada día lo hacía de una forma.

Los lunes de una en una; azul-blanca-blanca-blanca-azul.

Los martes de a dos sin retroceso; azul-blanca, blanca-blanca, azul-blanca…

Los miércoles de a dos con retroceso, azul-blanca, blanca, blanca-blanca, blanca, blanca-azul, azul…

Jueves, día de libertad, sin orden: blanca o azul, azul o blanca, blanca o azul,azul o blanca.

Viernes, con ritmo: blanca y azul, azul y blanca, azul y/o blanca, blanca y/o azul.

Sábado: no hay colegio pero toca también.


Blancas con blancas.
Azules con blancas.
El cielo azul.
Las nubes.
Blancas.

Las niñas de los cuentos aprenden solas las canciones de la vida.
Cantan entre los huertos las melodías de los colores.
Precipitan los ritmos ancestrales.

La educación oficial se concentra en la tabla de los contenidos y los continentes. La educación natural se fija en las tablillas rojas del vallado de la casita, en la bisagra verde de la cancela, en las baldosas bicolores de las avenidas.

Los papás de la niña del cuento, la matricularon en un colegio donde el ejercicio físico era muy importante.
Al final de cada trimestre se organizaban competiciones deportivas, donde las ganadoras eran dignificadas con las hojas de los laureles de un bosque que se extendía alrededor de la ciudad.

La niña del cuento tenía unas piernecillas de goma, pues de tanto saltar, sus músculos se habían plastificado para siempre.
Cada vez que tenía que coger algo de la alacena, procuraba que estuviera en el último estante, para así, obligarse a saltar.
Si estaba paseando con una amiga y jugaban a coger flores, siempre se lanzaba a por las más altas.

La niña del cuento corto se dirigió con sus papás al festival deportivo del colegio.
Como la niña de la ciudad rodeada de laureles era pequeña, sus profesores le habían encomendado la tarea de llevar agua a las niñas mayores.
Así que la niña del cuento iba y venía con sus botellas de agua mineral, de un lado para otro. Saltando.

Las niñas mayores, los papás de las niñas mayores y los profesores contratados por los papás de las niñas mayores, se tomaban las competiciones muy en serio.
Las niñas para hacerse mayores se tienen que responsabilizar, dominar sus emociones y disciplinarse. Para conseguir este objetivo nada mejor que competir. Competir para ganar.

Las niñas mayores de la ciudad donde habían avenidas bicolores saltaban para ganar. Así que la técnica consistía en coger carrerilla, lanzarse a toda velocidad, elevarse sin pisar la raya blanca y caer en el cajón de la arena, lo más lejos posible de la marca blanca.

Tan fácil y tan complicado a la vez.

Conforme avanzaba la competición, los aledaños de la pista se poblaban de niñas tristes que habían sido eliminadas. Las unas por pisar la raya blanca, las otras por no alcanzar la marca de 180 cm considerada como mínima.

La tensión aumentaba conforme la marca de clasificación era mayor.
Con los 185 cm una niña mayor con cabellos rubios lloró amargamente. Con los 190 cm una oleada de adrenalina se apoderó de la tribuna de los padres. Con los 200 cm los profesores del colegio empezaron a sentir que estaban en las Olimpiadas.

Al final de la competición se entregaron los premios a las ganadoras y se recogieron las lágrimas de las perdedoras.

La niña pequeña de nuestro cuento se había pasado la tarde llevando agua a las niñas mayores, a las que lloraban y a las que estaban muy serias.

Había algo que no comprendía. Si saltar era tan divertido, por qué no había ni una cara alegre.

Tenía que hacer algo al respecto.

Tal vez las grandes decisiones de la historia se tomaron así, de una forma sencilla.

Si la Tierra es redonda, navegando hacia el este, volveré por el oeste.

Si la manzana cae sobre mi cabeza, será porque algo la atrae.

SI LO BELLO ES EFIMERO, LA BELLEZA ES ETERNA.

La niña le dijo a su padre que mirara. Se dirigió a la pista para saltar con alegría. Se concentró como cuando tenía que pasar por la avenida bicolor.

Tomó carrerilla, batió alegremente la zancada y voló.

Blanca-blanca-blanca-blanca-blanca.

Azul.

El deporte. En estado puro. Era ella.

…………………………………………………………..

Erase una vez una mujer, que viajó a Iguazú y comió papaya fresca al amanecer.
Y se acordó de cuando era pequeña.





Atentamente. Driver para Irene.


jesús Beades -

La suite pianística "Miracles", de Ravel, tiene un movimiento "Oiseaux Tristes", o algo así, sobre el que Juan Eduardo Cirlot, muy joven, hizo un poemario para regalárselo a la pianista Pilar Bayona. Se titula, claro, "Pájaros tristes". Es casi imposible de encontrar, pero creo que te gustaría mucho, Gran Gato Melómano Panza Arriba.

suso -

Tienes un blog que pide tranquilidad, reposo, atención:no bastan unos minutos. Eso es bueno, y es malo.
Me guardo muchas de tus entradas para el fin de semana. Un cigarrito,una cerveza y un rato con Toi a ver qué me cuenta este cincuentón.

Irene -

Pd.- El vidéo de Driver me ENCANTAAA!!! Me he reído un montón.

Irene -

... se acaba, pero... play play play play play

Toi, enhorabuena. ¡Qué maravilla! ¡Las imágenes y la música, la música y las imágenes! Tu video hipnotiza, y serena el alma.

Y ese concierto (Concierto para piano en Sol, de Ravel), es único, bárbaro! Perfecto para una tarde de viernes en otoño. (Lo pondré, sí, luego lo escucharé entero.)

Felicidades y gracias.

Bastet for Toi, respecto al video de Driver -

Jajaja
Toi, sólo una cosa, a mi no saques, o me pones un tomate en la cara(de esos que te vas a comer), o lo que se te ocurrra...tu sabe.

P.D.- Por cierto que yo concluiría dándole un Diploma de Fin de Fiesta al Laco, por Mayor Devorador de Espetos de sardinas en un minuto.

Un encargo para Toi. -

EL VIDEO

Anoche soñé con el vidéo perfecto.


Aprovechando que Toi se ha ofrecido, voy y pido el cielo.

La música la tengo clarísima, “Another mans woman”, de Supertramp, es decir, la música del informe semanal, pero no la versión enlatada de PolyGram Company, sino la versión larga en directo donde los músicos son libres, y no sabes si estás en una fiesta o en una sesión de jazz(la tengo en versión piratilla).

Las imágenes las tengo más claras todavía.

Empieza con Casta Niebla haciendo el equipaje al otro lado del Atlántico, con la hija del Toi haciendo lo mismo en Bruselas, y con el equipo completo de los Supertramp cerrando maletas en California. Todos al avión.

Luego se verían imágenes de despegues de aviones azules de Aerolíneas Argentinas, United y Air Bruxelles, en las se verían claramente los remolinos de turbulencias que se producen bajo las alas al despegar.

Seguimos. Aterrizajes en el aeropuerto de Sevilla. Gentes con maletas, recibimientos y besos, muchos besos.

Plano picado de los naranjales de Brenes con un gran cartel que dice: “Las naranjas valencianas, realmente son de Brenes”, y ahí aparecen los amigos de Toi pelando y comiendo naranjas entre risas y risotadas.

Ya que tenemos alquilado el helicóptero, unas tomas aéreas de la pesca del atún en Zahara de los atunes, con todos los tonos que el azul marino es capaz de regalar.

Vamos avanzando. Mi compadre, El Calero, los Supertram y algunos músicos aficionados de Sevilla, montando el chiringito de la música en la playa favorita de Toi.

Gran sardinada en la playa. Vemos a la señora de Lord Scutum con un barrigón de 7 meses paseando por la playa, a Realia e Irene jugando al disco volador, a los golfos de los amigos sevillanos de Toi abriendo birras de La Cruzcampo, a Casta Niebla haciendo un castillo de arena, a Toi , su señora esposa y sus hijos preparando la pitanza.

Los Supertamp, el Calero y los amigos sevillanos, aporreando sus instrumentos.

Y todo esto ¿quién lo paga?. No problem. Siguiente plano, Bastet frente a los responsables de cultura de La Junta de Andalucía, que en directo en Canal Sur, reconocen que no lo han hecho bien, y que financian el vidéo, que esto sí es cultura.

Y así se desarrollan las imágenes, que son de una fiesta en la playa, con una música que se va armando y elevándose hacia los cielos, que empieza armoniosa y acaba con un fiestón de piano y ritmo.

Planos de olas, nubes algodonosas, sonrisas, bailes, giros acompasados de cuerpos alegres en la playa, el humo de las sardinas, los dedos del pianista, los amigos que han venido de diversas ciudades a divertirse, un Volvo de 16 t. aparcado en la vereda, más olas, más sonrisas…

Y para terminar, el Toi, vestido de San Dios, sentado en una hamaca azul y blanca, corta parsimoniosamente un tomate, lo sazona con sal y se lo toma despacio, muy despacio, mientras al fondo atardece con una sinfonía de naranjas, rojos chillones y grises esmeraldas.

¿Es pedir mucho?.

Anoche soñé con el vidéo perfecto.

Atentemente. Driver perdiendo de nuevo el ferry de vuelta.

Bastet -

Impresionante mirada fotográfica sobre Sevilla y campos de trigo de alrededor.
No parecen fotos, sino acuarelas.
Felicitaciones.