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shakuhashi

Enunciados sobre la belleza

Buscando un mail antiguo me he topado con un comentario que me mandó Enrique García-Maiquez a esta entrada que ahora voy a copiar, con la esperanza de que vuelva a hacerlo.

Me gusta como escribe este hombre.

 

El post estaba en un blog que abrí en primavera, pero que me duró medio telediario, a causa de excesiva y cándida torpeza en asuntos internéticos.

 

Si lo copio y pego aquí  es porque me gusta mucho, a pesar de haberlo escrito yo. No me ocurre mucho. Y porque el comentario del fantástico poeta Enrique he descubierto que no lo autoricé (no sabía que tenía que autorizar nada, mi torpeza es legendaria), y se quedó flotando en el ciberespacio sideral infinito. Reconozco que es una parida, pero es que me acabo de enterar de todo esto releyendo mails de la prehistoria y quiero desfazer el entuerto. Esto era lo que entonces escribí:

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Enunciado:

La Felicidad es un acto de la voluntad. Dimana desde dentro, jamás desde el exterior. Incluso cuando una brisa cálida que nos acaricia la cara, o el vientre, nos da la sensación placentera de la felicidad, en realidad no es mas que un poco de oxígeno mezclado con anhídrido carbónico más polución diversa moviéndose por causa de unas diferencias de temperatura en los estratos atmosféricos. Somos nosotros, con nuestro interior, quienes lo vestimos de dulce caricia. ¿Por qué? 

Ejemplo dos. Oyes a Hilario cantando ven María que quiero anidar en tu blanco pecho, y en realidad no son mas que diferentes variaciones moduladas por un compresor electrónico digital que manda a una membrana llamada altavoz unas vibraciones que mandan a mi oído unas alteraciones de unas ondas sinusales sónicas, y además anidar anidan los pájaros, y los pechos suelen ser de color carne, no blancos. Pero a mi se me escapa una lágrima... ¿porqué? 

Ejemplo tres: En realidad los colores no existen, todo es gris, pero percibimos unas ondas lumínicas que son las que se reflejan después de que los objetos absorban el resto de las frecuencias. Los colores son un reflejo en negativo de la luz, que en realidad, es blanca. Pero yo miré ayer tarde, sin querer mirar, al cielo, y las nubes eran naranja oscuro sobre celeste grisáceo, y se me agarró al pecho un pellizco. ¿Por qué? Corolario: todo, todo, pero todo, está dentro, lo de fuera tiene el valor que yo le regale, le otorgue. Y si quiero, voluntariamente, lo voy a usar para ser feliz. 

Y esto es el comentario de E.G-M.:

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 Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, estaría pensando en tu enunciado cuando exclamó: "más alegría fazen las que son más mejores".   

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Ya está. Lo dicho, una tontería, pero, como siempre, mi tontería.

7 comentarios

toi -

Uno de mis sufrimientos perpetuos es la certeza de que me pierdo, sin remedio, día tras día, a los clásicos.
Me engaño igual que con el deporte, con la absurda excusa de que no tengo tiempo.
Y el poco que me queda lo dedico a escritura de mi época, de gente que va en la misma marea del tiempo que yo.
Es un error, lo se, y me consta que son bellezas que se me escapan. Pero están. Esperándome.
Llegará el día en que si Dios quiere mi esposa y yo viviremos lo suficientemente cerca del mar que siempre escuchemos la brisa y las olas. Y entonces me zambulliré en ese tesoro.
Este preámbulo es para confesar, muerto de verguenza, que solo he leido de don Juan Ruiz lo que me obligaron en el bachillerato, tantos siglos ha.
Y para explicar que a quien me refería con "me gusta como escribe este hombre" es a tí.
Me gusta como escribe Enrique García-Maiquez. Mucho.
Para que conste.
En que malas circunstancias te conocí en el Parque de
María Luisa, en el Pabellón Domecq. Que malita estaba mi mujer, y que desconcertados estábamos los que vivimos de su palabra.
Gracias a Dios aquello pasó.
Pero no pudimos charlar nada. En fin.

Un abrazo.

Enrique -

Muchísimas gracias, Toi. Y el hombre que te gusta como escribe es Juan Ruiz, claro.

toi -

regalos inesperados, pero solo para los que saben mirar.
Me ha salido azucarado, pero es que es así. No todo el mundo ve cuando mira. Y también están los que prefieren escuchar el futbol a mirar los colores imposibles de cada milímetro de la creación.

Atentamente: the learning driving toi.

toi -

igual que la vida no está formada por años, sino por horas, aveces por días, igual me pasa a mi, que mi esencia no está construida por barro esencial, como el resto de los hombres, sino por tonterías... me alegro que te gusten.

Diego Peñas. -

Estaba en Cadalso de los Vidrios, en el límite de la provincia de Madrid con Avila.
Me ocupaba en la construcción de un colegio público, en un terreno cedido por un Ayuntamiento. Para evitar la posible especulación, nos habían dado el peor y más difícil de los solares, una antigua cantera abandonada, en la cima de una colina.
Allí lo que había era granito y peñascos.
Lo primero que tuvimos que hacer fue volar media ladera para poder ubicar el cole.
Creía que no podía ser peor, hasta que un día empezó a llover, y fue peor.
No paró en 15 días.
Los políticos llamaban para meter prisa, pues las elecciones estaban cerca, y la foto de inaugurar un colegio sólo es superada por la de besar a un niño.
Menos mal que el otoño estaba allí.
El político me mandó hacer un reportaje fotográfico de la obra.
Yo le tuve que obedecer, pero con matices.
El otoño estaba allí, así que le mandé "por error, perdóneme señor o señorito", lo que realmente veía.
Pinos, montañas, verde, rocalla, granito, helechos, setas, arboledas, más pinos, más montañas, más verde, más rocalla.
Colores, colores, colores.
52 archivos .ipg donde no se veía para nada el colegio.

Hay veces que el otoño te hace regalos inesperados.

Atentamente: Diego Peñas

Driver -

Tus tonterías sobre los colores me han gustado mucho.
Cuando era pequeño me pasaba horas mirando las nubes.
Cuando viajo en avión babeo mirando las nubes.
Y ahora, que estoy conduciendo mi camión, desde mi cabina veo tantos colores reflejados, que casi me la pego algunos días.
Las nubes se mueven, el sol cambia de posición, los colores viran.
Y yo babeo como un tonto.

Atentamente: Driver

Casta Niebla -

Tus tonterías, son muy bonitas Toi... :)
Y se ve... que no soy la única que piensa eso.
Enrique García-Maiquez me parece que piensa igual...