Marcelos y Juncos
La tarde de ayer, sábado, sagrada habitualmente para mi, he trabajado.
Normalmente la consagro a la molicie, a charlar, leer, pasear, y por definición, intento ni pensar en trabajo.
Pero como el cliente no podía otro día, pues me pliego. Como decía don Quijote... me avengo... y no me arrepiento. Ha sido una tarde deliciosa.
Se trata de un guitarrista excelente, chileno, que da clases en el conservatorio de Jerez. Marcelo de la Puebla.
Y está liado con su próximo CD, que se va a llamar Puentes, y quería unas fotillos para la portada, para la web... en fin, para usarlas donde le hiciera falta.
Empezamos en la Plaza de España, donde hay unos cuantos puentecitos sobre el que fue un hermoso estanque, donde de chico mi padre nos daba paseos en barca, y que ahora está seco como un bacalao.
Después, ya al atardecer, nos fuimos al puente de Triana. Y allí es donde se hizo magia.
Por mucho empeño que puse, nunca se podrá captar el cambiante divertimento de las nubes, el agua, el amarillo de Sevilla, las siluetas de la gente, y mientras, por aquello de dar verosimilitud a las fotos, Marcelo tocando.
Es una de mis prerrogativas. Creo que alguna vez ya lo he comentado: cuando le hago fotos a músicos, les "obligo" a tocar con la excusa de que necesito empaparme de su espíritu, o cualquier otra cursilada, (que suelen ser verdad) con lo que he tenido muchas veces el privilegio de escuchar en miniconciertos privados a verdaderos virtuosos. Eso que me llevo.
Como todavía no he conseguido poner más de una foto en este blog, siempre que quiero poner varias imágenes tengo que juntarlas en una sola, y queda cutre y pequeñito, pero al menos puede dar una idea del espectáculo al que asistimos Marcelo y yo... no nos queríamos ir ni cuando ya se había marchado, agotado, el sol.
Porque entonces las luces del puente se encendieron y empezó la sesión de noche...
....
Pero es que tampoco el domingo ha habido manera de descansar haciendo una de mis actividades preferidas: no hacer absolutamente nada, como los gatos.
Se casaba un sobrino, en el centro, boda de pamelas, de colores inverosímiles, de solecito, de coro, y mi tío Juan, el cura, cantando la misa... literalmente... cantándola, como cuando era en latín... una maravilla, precioso.
Pero lo mejor, y más agotador, estaba por venir... el encuentro con Juncos de toda jaez y de toda ralea, de toda la geografía de España.
A pesar de mi legendaria y proverbial ausencia de pudor, me corto y paro... pero sí que quiero comentar una curiosa sensación que he tenido todo el día:
La de estar en casa. Estar con mis primos, sobrinos, mis tíos, mi padre, amigos de la infancia, me ha provocado una abrigada sensación de estar con los míos, que me ha calentado el corazón.
Y es muy grato. Es muy rejuvenecedor.
Todos han prometido volver a Sevilla para la inauguración de mi exposición en enero... bellacos, no les creo... pero con que vinieran tres o cuatro ya me conformo... la iban a liar.
Es muy curioso como estas pequeñas mariconadas me reconcilian de vez en cuando con la vida.
Que buena falta me hace.
9 comentarios
toi -
Gracias por lo que dices de mis fotitos...
Beades, te propongo escribir el libro al alimón, ex-aequo.
jesús Beades -
Casta Niebla -
En cuanto al casamiento, bueno... hermoso, verdad? Pero Gran Toi... entre las emociones del cumpleaños y las del casamiento... OJOOOOOOOOOOOOOOOOOO a ver si te nos emocionas demasiado. jaja
toi -
me encanta compartir las fotos
es uno de los motivos por los que las hago, por la necesidad de que luego sepan a qué me refiero cuando describo algo que me ha deslumbrado.
Irene -
Me encantan tus fotos y que las compartas.
Pippino Pescatore -
No obstante, yo también tuve mi momento de "gloria" en otra parte.
Abrazos.
lluvia -
No te digo na de las fotos, artista!
Reailia -
Y es que si uno lleva todo el tiempo los ojos, los oidos, y el corazón alerta, la vida suele darte a cambio algún que otro regalo.
Y otras veces la vida te presta amigos generosos dispuestos a compartir sus regalos.
Diego de Velazquez -
Le comunico que tiene usted revolucionado al Museo del Prado.
Están las meninas, los Tercios de Flandes, la familia de los Borbones y el Cristo, preguntando precios del AVE.
¿Les damos esperanzas, o les damos largas?
Cuidao, que son capaces de armarla!
Atentamente. Diego de Velazquez.