Mná Na h'Eireann
Esas tres extrañas palabras significan Mujeres De Irlanda. Es un tema de especial inspiración compuesto por un irlandés misterioso llamado Sean O'Riada. Tengo por ahí un disco suyo, naturalmente grabado en directo en un pub de Dublín, donde interpreta con su grupo un montón de gigas, danzas, reels, música típica de baile de la isla verde, que andando el tiempo degeneró al cruzar el charco en ese espanto llamado country.
Me fascina esa música, pero no está entre mis primeras preferncias, y además, creo que sonará mucho mejor rodeado de humo, de Guinness y de rubios (y rubias) borrachos. Lo he podido comprobar. Salvando las distancias le pasa lo mismo al gregoriano, que suena mejor con el eco de un monasterio y oliendo (¿esnifando?) incienso.
Pero sí que me fascina, y está en la cima de mis gustos, de mis evocaciones musicales, los llamados aires, airs, del folclore de las islas, especialmente Irlanda. Dicen que es el origen de la canción, tal y como la conocemos hoy. Y si esos aires, esas canciones están interpretadas con un pito de latón endiablado, que ellos hacen suspirar maravillosamente, los tin whistles... pues mejor.
Seguramente ese tema, Woman of Ireland os sonará. Lo hizo famoso Stanley Kubrick en la película Barry Lyndon. Después vinieron miles de versiones, The Christians, Bob James, Mike Oldfield, Sinnead O'Connor... pero como lo tocan los Chieftains, nadie.
Tengo que reconocer que solo el Shakuhachi bien tocado consigue llenarme el pecho de música con más intensidad que un buen tin whistle tocado sin prisa, con ganas de flotar por encima de la brisa, con vocación de viento moviendo las hierbas y haciendo bailar los árboles.
Como hace este hobbit:
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o como hace este chaval que me da la sensación de que es chino, pero que toca fantásticamente el pito de latón irlandés:
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Me puede. Dejo de hacer lo que sea que esté haciendo si suena música como ésta, y me marcho.
Lejos. A Lorien.
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4 comentarios
Anónimo -
Driver -
Cuando tenía 16 taquillos, los de mi panda en la playa conocimos a tal Peter. Como éramos de francés, le llamamos Santiago -Santi, pa los amigos-.
Un día apareció en la playa, por la mañana, con un balón de rugby. Jugamos un partido a iniciativa suya,y nos enseñó a los chicos a bloquear. Todavía me duele la espalda cuando me acuerdo.
Por la noche apareció con una guitarra y una armónica.
Cantó canciones populares de su tierra.
Las chicas se enamoraron.
La luna rielaba.
El sonido irlandés era fresco, como la sangría que bebíamos.
Aquella música sonaba como Dios en estado puro. Omnipotente.
Las olas rompían suave para poder escucharle.
La bóveda celeste compuso una caja acústica.
Cuando acabó, se perdió con una amiga detrás de las dunas.
Teníamos 16 años.
Espaldas doloridas y corazones partíos.
Irlandes.
Reailia -
Reailia -
En aquel pub entré en contacto mucha buena música y fue donde conocí el Jazz, pero nada de lo que oí me impresionó tanto como Woman of Ireland.
Gracias Toi por traerla de nuevo a mis recuerdos, de donde en realidad nunca se ha ido.